Nuevoautor: Colección IV

Este en un mes donde las agendas se alborotan y a veces, en vez de celebrar, la nostalgia gana.

Muy en sintonía con un mes movido, una colección con un poco de todo. Espero que la disfruten y encuentren en cada tema, algo con qué identificarse.

Felices fiestas.

No me gusta que me peines

Jessica Canchez

Lima, Perú

De mi niñez recuerdo mucho la casa de pisos y techos de madera; a Manina, la cocinera; los bingos de los sábados; las matinés y navidades con casa llena, todo orquestado por mi abuela.

Mi mamá trabajaba en el ministerio y mi papá en algún hospital en algún lugar diametralmente opuesto al que vivíamos, siempre era así. Y aunque les moleste hasta hoy; no recuerdo mucho de ellos en mis primeros 5 años.

Mi abuela me cuidaba, me decía qué hacer y qué no. No te ensucies el vestido. Está bien, si no te gusta esto, te preparo bistec con papas fritas. He cobrado mi pensión, así que hoy toca comprarte un cuento. Toma toda la leche, hasta el final. Acá iba incluido todo el azúcar que quedaba, y por lo cual ya no tomo leche.

Algo que mi abuela disfrutaba mucho era peinarme: una cola alta, dos colas, cola con trenza, dos trenzas, con pilimili, con liga, con cinta. Yo me dejaba.

Una tarde en las que me peinaba, alrededor de las 4, le dije —no quiero que me peines más —. Se sorprendió, pero siguió. A lo que respondí: —Déjame, no me gusta que me peines.